En Orden Autobiografico,  Notas

Apuntes del 24/01/23 Los Chicos No Llloran

En Orden Autobiográfico. 

Los Chicos No Lloran.

Recuerdo que en el canal 6 de Guadalajara solían poner videos en los espacios muertos que había entre programas y siempre me gustaba encontrar esos huecos con relleno musical.

No se si por rebeldía, osadía o culto declarado del encargado de la programación, pero un buen día me topé a La Cura con su video del Fascination Street, resultando en una inyección de oscuridad directa a mi cabeza y consecuentemente en mi gusto por ese tipo de música.

Poco tiempo después uno de mis vecinos se hizo de algún disco de The Cure y, aunque siempre poníamos las mismas canciones, yo sentía que era ya el conocedor que podía sin miedo presumir el gusto por la banda.

Ya entrado en onda, me mimetice más aún con la compra en un tianguis de una playera deslavada (tie dye, cómo le dice ahora la chaviza) con un estampado al centro de la imagen del Disintegration, más una manta estampada que acabó bordada en la espalda de una chamarra de mezclilla y que resultó a su vez en una prenda de esas que uno a tan corta edad nunca se quita porque cree poderla combinar con todo. Por supuesto, para cerrar con broche de oro no podían faltar los zapatos industriales y el calcetín a rombos para andar con el look darketo a tope, porque según a mi entender, así andaban todos en Londres.

Un par de años después, la prepa me puso en el camino a un par de amigos fanses de hueso colorado del Sr. Smith y compañía, de entre los cuales el buen Gera hasta me llego a enseñar a tocar un par de sus canciones, mientras que Ileana y Ana se pasaban hablando de lo papi que se veía San Robert en los VHS que se conseguían en el 5to Poder… aaaah, los viejos buenos tiempos antes del internet.

Así de fácil un chamaco que no sabía nada de música y tampoco tenía que presumir nada en redes sociales, pasó del Technotronic a reconvertirse por gusto propio y sin prejuicio alguno al evangelio de The Cure por los siglos de los siglos.

Disintegration

¿Si les platiqué que me traume con Fascination Street? No es por nada, pero si hay algo más darks que ver a Robert Smith cantando en una atmósfera sombría con la mirada perdida en la reflexión, que por favor alguien me lo diga. Para mi la cúspide de la banda, un álbum completísimo por donde lo veamos.

Mixed Up

Ya sé, no es disco de estudio sino de remixes, pero el verano del 90 hizo llegar esta álbum a mi vecino y tocábamos Hot, hot, hot hasta el cansancio mientras nos sentíamos la mera neta de la cuadra. Un buen ejercicio de reinvención de su sonido, con un resultado fresco hasta el día de hoy para tan legendaria banda.

Staring at the Sea – The Singles

El buen Gera además de enseñarme a tocar Killing an Arab, me presto este disco y adentro más en The Cure en un tiempo en el que yo creía conocerlos mucho. Los viejos buenos tiempos en los que la banda no requería cambiar la letra a sus canciones por no parecer antisemita.

Paris

Grabado en vivo durante uno de sus conciertos en Paris, es un documento excepcional de la banda durante su etapa a principios de los 90s. Entonces estas grabaciones te dejaban alucinar con la remota posibilidad de poder ver a The Cure en directo, una época en la que no había y mucho menos la esperanza de que hubiera un concierto de ese calibre en este rancho (sueño cumplido, para que no estén con el pendiente). A diferencia de su disco Show que también es en vivo e incluye puro éxito, Paris viene surtido con todas las rolas de culto que el fan empedernido quiere escuchar en un concierto.

Wish

Muy a propósito de su recién cumplido 30 aniversario, a mi parecer el último gran disco de la banda. No todo en esta vida es enamorarse en viernes, también hay unos paisajes sonoros grandiosos como High, End y por supuesto no olvidemos A Letter to Elise.

Por: Mr Macoy